Hija predilecta de Dios, apasionada por lo que hago, con inmensos motivos para vivir en contacto con mi fuente, enamorada del descubrimiento de lo mágico de las capacidades humanas y del poder de la mente.
Mi praxis como educadora está orientada a la transformación que logre el desarrollo de la genuina felicidad basada en el auto reconocimiento y fortalecimiento de las habilidades desde el ser interior; sembradora de sueños, fe, esperanza optimismo y sobre todo de amor, fuente de energía transformadora.